Ayer miercóles empezó la caravana non’stop, anoche me quebré , fueron 9 horas de no parar, cumpleaños, bares, boliches, pubes, y para rematar una quinta after hour, que duró hasta la media mañana. Está noche pasará lo mismo, y el viernes, y el …. Pero todo termina el Domingo, lastimá que no existe el día Osvaldo, sino agarrate.
Pero hoy leyendo un poco encontré esto en el blog de clarin y me pareció interesante conseguir algo de eso.
La ansiada cura contra la resaca podría venir de un cactus Lindo experimento se mandó un grupo de científicos de la Universidad de Tulane en los Estados Unidos. Mayor hallazgo aún. De confirmarse su teoría, se habrán acabado esas mañanas post trasnoche y copas en las que lo mejor que le puede pasar a un calavera para no chillar es que le suspendan todas las citas y compromisos del día. Al parecer, el secreto de las mañanas sin resaca estaría en los extractos del cactus “nopal” (Opuntia Lagunae), que según los investigadores disminuye las náuseas y la sed matinal del ebrio en estado de recuperación. El experimento que sirvió para confirmar sus sospechas fue bastante particular, y hubiera tentado a más de un conejito de indias.
«Durante mucho tiempo, la ciencia creyó que la resaca se debía únicamente a la deshidratación. Esta investigación sugiere que hay además un componente inflamatorio», señaló doctor Jeff Wiese. Él y su equipo reclutaron 55 voluntarios de entre 21 y 35 años y le pidieron a la mitad del grupo de “sacrificados jóvenes en pos de la ciencia” que probarán los extractos de la piel del cactus salvador. Una hora después sirvieron la cena para todos y cuatro horas más tarde llegó el singular pedido que hizo que se arme la debacle total: “Por favor, beban en exceso”, pidieron los científicos. Al otro día, aquellos que habían ingerido el cactus estaban como nuevos, la otra mitad del grupo, estaba como se puede imaginar. Dos semanas después se invirtieron los roles, y se volvió a confirmar la teoría.
Atención: se advierte que la planta no disminuye los peligros del alcohol, pero aquellos que suelen excederse, bien les vendría una de estas plantitas en el balcón o en el patio de su casa, ¿no?
Por Pedro Irigoyen.