Las firmas estadounidenses elevan vigilancia de e-mail
Por Pui-Wing Tam, Erin White, Nick Wingfield y Kris Maher
The Wall Street Journal
Se desconoce la manera en que fue interceptado el e-mail que le costó a Harry Stonecipher la jefatura de Boeing Co. Los directores de la aeronáutica estadounidense lo hicieron renunciar esta semana tras al descubrirse un mensaje del ejecutivo a una empleada con quien sostenía una relación amorosa.
En un sondeo hecho recientemente entre de 840 compa?ías estadounidenses por la American Management Association, un 60% dijo que ahora usa algún tipo de software para vigilar la entrada y salida de correos electrónicos de sus trabajadores, a diferencia de un 47% en 2001.
En el caso del correo interno, las empresas ponen menos atención. Sólo un 27% de los empleadores utilizan la tecnología para vigilar los correos internos, a diferencia de un 19% en 2003, según la American Management Association.
La diferencia refleja la inquietud de las empresas de que se filtre información confidencial, aunque los mensajes más embarazosos o delicados en términos legales suelen ser los que se cruzan entre empleados, según Nancy Flynn, directora del ePolicy Institute, la consultora que hizo el sondeo con la American Management Association. «En las comunicaciones internas es donde los empleados tienen mayor probabilidad de hablar sin inhibiciones», dice.
En los últimos a?os, el software para escanear e-mails se ha vuelto más refinado. Antes, el software cotejaba los correos según una lista de términos clave, como las malas palabras. Pero ahora esos programas pueden adaptarse a las necesidades de cada empresa, buscar palabras o frases específicas de su sector, así como nombres del presidente ejecutivo, un competidor o códigos de productos. También pueden optar por vigilar el lenguaje inapropiado, incluyendo palabras de naturaleza sexual, si un empleado copia o borra archivos, o si está perdiendo el tiempo.
TrueActive Software Inc., de Kennewick, Washington, puede seguir la pista a todo lo que se escribe en una computadora, tecla por tecla, los archivos que se bajan y las páginas de Internet que aparecen en el monitor de un empleado. Su lista de clientes alcanza 80.000 empresas, más del doble de las 30.000 que tenía hace cuatro a?os. Los programas más refinados usan listas de vocablos y evalúan el contexto en que aparecen. De las empresas que ya usan estos programas, el 31% ha contratado empleados para que revisen los correos, según un estudio que Forrester Research realizó el a?o pasado. El mercado de este software está despegando. Forrester Research asegura que crece un 30% anual, generando hoy entre US$250 millones y US$300 millones.
Webcor Builders, una constructora de San Mateo, California, decidió intensificar su vigilancia. Además de revisar los e-mail, lee los mensajes instantáneos y los blogs o páginas Web personales, dice Gregg Davis, gerente de informática. «En gran medida se trata de conservar una ventaja competitiva. Queremos asegurarnos de que la información patentada no acabe en manos equivocadas», dice. Reconoce, eso sí, que «la línea divisoria entre la privacidad y la capacidad de una empresa para hacer sus negocios es muy tenue».
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