Cuando los botones en la ropa aparecieron por primera vez eran sumamente caros, y por esa razón eran usados principalmente por la gente de la clase alta. Las mujeres de dicha clase, generalmente eran vestidas por sus doncellas, por eso las modistas pusieron los botones a la derecha de la doncella para facilitarles la tarea.
Para saber si una mujer era bruja, los inquisidores la sumergían en un río con las piernas atadas. Si salía a flote, lo era.. y se le quemaba.
En 1765, un mesonero apellidado Boulanger abrió en París una casa de comidas y a la puerta colgó el siguiente letrero: “Venid a mi casa, hombres de estómagos cansados, y yo os restauraré”. La frase tuvo tal éxito que, desde entonces, todas las casas de comidas se llaman “restaurantes”. Además debido a la fama de su repostería, Boulanger también es el “culpable” de que en Francia a las pastelerías se les llame “boulangeries”.
En sólo 20 años el actor de cine porno John Holmes protagonizó unas 2.300 películas. En ellas mantuvo relaciones sexuales con más de 14.000 actrices. Holmes murió de sida a los 44 años de edad.
En la Edad Media eran tan frecuentes los envenenamientos que se popularizó la costumbre de chocar las copas al brindar. Así si el uno había puesto veneno en la copa del otro salpicaba en la de él y no se la bebía.
La anécdota ocurrió en una sesión de la Academia de las Ciencias rusa. El agrónomo Denisovich Lysenko (1898-1976), fundador del llamado darwinismo creativo, daba una conferencia sobre la herencia de los rasgos adquiridos. Al concluir, el físico Lev Landau le preguntó:
– “¿Así pues, usted argumenta que si cortamos una oreja a una vaca, a su descendencia y así sucesivamente, tarde o temprano nacerán vacas desorejadas?”
– “Sí, es correcto”.
– Entonces señor Lysenko, “¿cómo me explica que sigan naciendo vírgenes?”.